vendredi 26 décembre 2014

El hombre que amaba (mirar) a las mujeres (Garry Winogrand)

Garry Winogrand, New York, 1961

Les dejo a los demás el debate sobre los revelados póstumos de la obra de Garry Winogrand, Jeu de Paume (hasta el 8 de febrero) : cuando un fotógrafo no se interesa por revelar sus fotografías, incluso por desarrollar sus rollos, dejándolo para más tarde, y que la muerte súbita se lo lleva, ¿ tenemos o no derecho a mostrar sus fotografías huérfanas ? Es el caso de alrededor del 40% de las fotografías que se exponen aquí, "imágenes que sólo piden que se las vea". Es verdad que se trata de un buen debate ético-artístico, pero no hablaré de ello aquí : ¿ Qué es la obra ? He visto solamente que, en la exposición, en el catálogo (excelente!), mi ojo se detuvo más, sin saberlo de antemano, en las fotografías más antiguas, precisamente las que él mismo había decidido revelar, y que la obra que sigue su ida de Nueva York hacia 1970 me atrae menos : se pierde la violencia exuberante, la pasión de sus primeros años, tenemos más bien una especie de reportaje crítico, de testimonio documental sin la misma agudeza; es lo que creo.

Garry Winogrand, New York, 1968


Para escribir este artículo seleccioné primero unas veinte reproducciones (entre las cerca de 400 expuestas) sin preocuparme por el criterio de originalidad del revelado, luego miré de nuevo mi selección para ver si se trataba de revelados originales o no : cuatro de ellos (que muestro aquí PS) sobre 20 son impresiones póstumas de un negativo seleccionado por Winogrand (marcas sobre la hoja de contacto), dos (P) son impresiones póstumas que él no había seleccionado (uno lo seleccionó Leo Rubinfien y el otro Thomas Roma), 14 son revelados originales por Winogrand (dos no fueron reproducidos aquí). pero ello no es un veredicto, es únicamente mi selección subjetiva; al igual que mi selección personal solamente tenía dos fotografías posteriores a 1970.



Garry Winogrand, New York's World Fair, 1964


Esta exposición tiene una gran ambición, pero el visitante (yo, en todo caso) va contra. Se trata de mostrar por primera vez todas las facetas de la obra de Winogrand : no solamente Nueva York sino también Chicago, Tejas, Los Angeles; no solamente la calle sino también las reuniones políticas, las manifestaciones, las fiestas, las carreteras del Oeste, los aeropuertos (lugares de paso, de partida, entre-dos); no solamente los pasantes anónimos sino también los famosos (JFK, Norman Mailer, Elsa Martinelli, ...), los animales del zoológico, incluso los bebés. Un trabajo extenso y multiforme sobre el que había que informar.



Garry Winogrand, Houston 1964

Sin embargo, al cabo de unos diez minutos me dí cuenta de que visitando la exposición, solamente me detenía realmente ante ciertas fotos, sólo tomaba notas que sobre una muestra específica, limitada, y que, en realidad, miopía u obsesión, yo iba siguiendo poco más o menos su libro estrella Women are Beautiful, yendo de mujer en mujer al recorrer las salas, resistiendo a la influencia enciclopédica, o en todo caso global, incapaz de concentrarme en otro tema de su trabajo.



Garry Winogrand, Fort Worth, 1974 1977

Es verdad que es un tema esencial pero no es el único. Si la mayoría de sus fotografías están impregnadas de melancolía, de tristeza, hasta de desesperanza, si Winogrand no deja de mostrar (y a veces de escribir) su desilusión por América, al principio con más violencia, al final con una resignación melancólica, es con el tema de las mujeres, las parejas, de la relación entre los sexos, que este hombre (casado tres veces, y casi siempre infeliz en pareja) expresa mejor su inquietud, su desesperanza, su infructuosa búsqueda de la felicidad; de la suya y de la del mundo.



Garry Winogrand, New York, 1968

Todas sus fotos de mujeres o casi todas son trágicas. No son tristes (la tan conocida de la atolondrada con vestido blanco muerta de risa, entre un maniquí descabezado y un cono sin helado, parece alegre, pero el reflejo de la cara de Winogrand en el vidrio nos llevaría inmediatamente de la comedia al drama), no sin ternura (aunque bastante poco eróticas), pero marcadas por una sensación de vacío, de impotencia, de soledad.



Garry Winogrand, New York, 1969

"Todas las veces que he visto una bonita mujer, he hecho lo posible por fotografiarla. No sé si todas las mujeres en mis fotos son bellas, pero sé que las mujeres son bellas en foto. Las fotografío para saber como serán en foto." Y a menudo lo hace con una violencia física, una proyección de todo su cuerpo que bloquea el paso, que se interpone, y que algunas veces es rechazado. En la escena de una pareja abrazándose, tanto la mujer, despreocupada, casi indiferente con su amante, con un cigarrillo en la mano que ha quitado de sus labios sólo un momento, como la amiga (o hermanita) gorda y fea que nadie besará, delante de la enseña 'Tortilla Factory', lo fusilan con la mirada, quieren que se vaya, pronto lo insultarán, posiblemente lo agredan.



Garry Winogrand, New York hacia 1958

Y también la pareja, sorprendida en un momento de erotismo latente (ella sujeta tres dedos de su mano, él ¿ le está chupando el pulgar ?) -y ¿ qué hacen sobre la balanza ? (o ¿ es un barómetro ?) - lo miran con desconfianza, él directamente, ella de reojo -. Lo que pasa es que al mismo tiempo, Winogrand captura en la escena, la figura borrosa (amenazadora, necesariamente amenazadora) del hombre negro que entra en el campo.



Garry Winogrand, New York hacia 1960, PS

Otras veces la mujer capturada así lo mira sorprendida, con las cejas subidas (podríamos escribir todo un artículo sobre "Las cejas en la obra de Garry Winogrand"), pero también casi con ternura, con el resplandor de una sonrisa en los ojos : ni siquiera está molesta, quizás un poco halagada sin atreverse a expresar la mínima invitación silenciosa y tímida. Algunos cabellos rubios flotan sobre su cuello de piel sintética.


Garry Winogrand, New York, 1958

Si aquella parecía segura de sí misma, tantas otras tienen una inquietud en la mirada, incluso angustia, confrontadas con la amenaza del mundo, la del fotógrafo, la de los hombres. Ésta de aquí, preocupada, evita al fotógrafo agarrada a su cartera ( ¿ es un paraguas ? ¿ un bastón ?), parece huir de la mirada de desaprobación de dos pasantes : ¿ es porque se va a atrever a fumar en público ? O es que están extrañados porque la fotografían. Cada foto de Winogrand produce un relato imaginario. Y que hacer aquí de la parte derecha de la imagen, rota, quemada, sobreexpuesta ? ¿ qué es ese vacío que se insinúa en la escena sino un deseo indecible ?



Garry Winogrand, New York, 1965

Curiosamente, numerosas fotografías de las pasantes de Winograd las muestran con dos hombres que las acompañan o las miran fijamente. Los cabellos al viento de ésta la esconden un poco, pero sus pezones rígidos se notan por encima de su vestido ajustado y sus brazos desnudos despiertan el deseo; camina resuelta, al sesgo. Ellos son banales, directos, frontales. Esta fotografía celebra la oblicua.



Garry Winogrand, New York vers 1960, PS

En cambio ésta es oscura como una historia de celos, confrontación entre tradición y modernidad. ¿ De dónde serán ? ¿ griegos, calabreses, malteses ? La mujer vestida de negro, con rulos, morruda, con más que una sombra de bigote, senos pesados, pero de cintura fina acentuada con un cinturón elegante, es una criatura sumisa, controlada (por poco agraciada que sea), va con los ojos agachados, y no hay que bromear con su honor nos dicen claramente sus dos vigilantes, posiblemente, padre y marido.



Garry Winogrand, New York, 1973, P

De nuevo un trio, más tardío : el abrigo negro abotonado de manera estricta, el rostro algo agobiado mirando hacia el sol no son suficientes para contrariar la seducción difusa del clavel y los guantes, y el del abrigo negro que la sigue no parece indiferente.



Garry Winogrand, Los Angeles, 1980 1983, P

En muchas de sus fotografías de mujeres, incluso solas, se percibe tensión y angustia. ¿ Hacia qué se vuelve esta (famosa) pasante , tan tensa y agarrada al broche de su cartera ?


Garry Winogrand, New York vers 1960, PS

En la obra de Winogrand también vemos mujeres alegres, serenas, solares. Y la inclinación oblicua de ésta, el encuadre de su cara, el resplandor de su sonrisa nos muestran el encanto que debió ejercer sobre el fotógrafo mal amado.



Garry Winogrand, New York, 1961

Ésta también, guantes, perlas, sombrero, es una guerrera segura de sí misma, es una conquistadora que ningún ladrón de imágenes perturbaría; lástima que vaya ataviada con ese buldog de marido de mirada dura y calcetines blancos.



Garry Winogrand, New York vers 1960

Y así podríamos seguir contándonos cuentos, sobretodo cuentos de amor, de amores imposibles y deseos inacabados y celebrar las pasantes como lo hizo Antoine Pol. Otra, se dice uno cada vez que quiere terminar : y así esta joven latina abatida, los ojos apagados, en un autobus, delante de dos matronas bien instaladas y evidentemente criticonas. Su cara es de una dulzura infinita y resalta una mosca (seguramente un lunar); una de sus manos mantiene agarrada la cartera, la otra está cerrada como una pinza, su cuerpo no es sólo abandono. Y, como en otras fotos, el primer plano borroso, aunque traduzca inmediatez es también un símbolo de intrusión, misterio, inquietud.



Garry Winogrand, New York hacia 1960, PS

Así, el no haber seguido las directivas de los comisarios de la exposición y no haber hablado del otro Winogrand, de los otros Winogrand, fué sin lugar a dudas una falta. Pero el poder de las mujeres, la importancia que ellas tuvieron para él, la tension que supo crear se apoderaron de mi mirada. Como un eco al erotismo del tobillo de la primera foto, el hundido de los codos de esta jovencita cargando su maleta barata me produce tal felicidad que no sé mirar otra cosa.  

Share and Enjoy

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire