lundi 9 mars 2015

Modernidades y antropofagia

23 de febrero 2015, por Lunettes Rouges

  
(artículo original en francés, aquí)



José Medeiros, Indien Xavante, Serra do Roncador, Mato Grosso, 1949

La exposición sobre cuatro fotógrafos en Brasil entre 1940 y 1964 que presenta actualmente la Fundación Gulbenkian en Lisboa, en el marco del programa Próximo Futuro, a partir de los archivos de esas fotografías que se conservan en el Instituto Moreira Salles de Sao Paulo (hasta el 17 de abril, luego, del 6 de mayo al 26 de julio en la antena parisina de Gulbenkian. La exposición viene de Berlin), se intitula Modernidades. Su objetivo es mostrar, a través de la obra de esos cuatro fotógrafos, cómo Brasil, durante los 25 años anteriores a la dictadura se convirtió en un país moderno. ¿Y de qué modernidad se tratará? O más precisamente (pues no soy experto en historia del Brasil), ¿qué tipo de modernidad contienen implícitamente esas imágenes? Parece evidente que la modernidad llega de Europa o Estados Unidos : si la influencia norteamericana no aparece en el corpus presentado aquí, la influencia europea es evidente, empezando porque los cuatro fotógrafos son europeos. Es evidente para Marcel Gautherot, que llegó a Brasil a los 30 años, un poco menos para Farkas que tenía seis y Flieg dieciséis, pero que sin embargo parecen haber vivido en una cultura más europea que 'tropical'. Oswald de Andrade, en los años 20, dentro de la corriente antropófaga, preconizaba la asimilación, la integración de las culturas europeas en la cultura original, indígena del país, en resumen, el canibalismo cultural. ¿Es ese el propósito de esos fotógrafos? ¿o su modernidad no es más que un chapado, finalmente una visión neocolonialista de la realidad brasileña? La respuesta no es fácil.


José Medeiros, Rio de Janeiro, 1952


El caso más claro es indudablemente José Medeiros (1921-1990), el único brasileño de la exposición. Ante todo es cronista, documenta las festividades, la vida mundana y cultural, los encantos de Rio, bonitas fotografias a menudo irónicas, a veces suavemente melancólicas, como esos coches delante de la playa, y a veces muy influenciadas por las vanguardias europeas como ese ciclista vista de arriba y con sombras desmedidas (además en la exposición hay una imagen muy similar de Farkas).



José Medeiros, Joven novicia iniciada a los ritos de Oxala, Salvador de Bahia, 1951


La "oportunidad" de Medeiros es la aparición en 1951 en Paris Match de un reportaje sobre Salvador de Bahia y el candomblé, "Los poseídos de Bahia", ilustrado por Henri-Georges Clouzot de una forma vulgar y sensacionalista : los brasileños se pusieron furiosos y la revista O Cruzeiro envió ahí mismo a Bahia (después de que Pierre Berger no aceptara participar) al mejor fotoperiodísta brasileño disponible, Medeiros. Pero la forma en como es publicado luego su trabajo en la revista no es menos sensacionalista : furioso, publica entonces, con su propio dinero, un libro para mostrar realmente sus imágenes, algo que en esa época era poco frecuente. Veamos esta joven novicia con los ojos medio abiertos que están iniciando a los ritos de Oxala, la cara cubierta de círculos blancos (¿la modernidad estará en el círculo de la publicidad de coca-cola que le hace juego en la parte de atrás?). Puede que no tenga la densidad de las fotografías de Pierre Verger, Medeiros se compromete menos en el condomblé que Verger, pero su obra es una de las más bellas afirmaciones de 'digestión de la modernidad' en esta exposición.


José Medeiros, Indios Yawalapitis, Serra do Roncador, Mato Grosso, 1949


Medeiros se interesa también por los indigenas del Pará y del Mato Grosso, e incluso si no está sino de paso con ellos para sus reportajes, sus fotografías muestran, de manera delicada, su confrontación con el mundo moderno, como ese ballet de cuerpos desnudos que se confrontan al pájaro mecánico, o la magnífica imagen del joven durmiendo encima de un barril de kerosene. (arriba)



Hans Günther Flieg, Sede de la empresa Pirelli, Sao Paulo, hacia 1961


En las antípodas de Medeiros, Hans Günther Flieg (nacido en 1923), y que llegó a Sao Paulo con sus padres huyendo el nazismo en 1939; trabaja principalmente para sociedades industriales para las que realiza catálogos : su obra se inscribe en la linea de la Nueva Objetividad, con imágenes frías, formales, objetivas, geométricas, metálicas. Personalmente, no veo mucho la dimensión orgánica, incluso erótica, que el comisario de la exposición Samuel Titan ha descubierto. Lo único que me seduce en esta estética importada es la enigmática imagen, casi imposible de descifrar : la entrada de la sede de Pirelli.



Marcel Gautherot, Hojas de palmera carnauba, Ceara, hacia 1942



Marcel Gautherot (1910-1996), quien, antes de instalarse en Brasil en 1941, había trabajado entre otros, en el Museo del Hombre y había sido allegado de Le Corbusier, se distingue sobretodo como fotógrafo de arquitectura, y en particular de la construcción de Brasilia : una modernidad arquitectural y formal más que humana y social, entonces, en ciertas imágenes intenta relacionar las formas a las de la naturaleza brasileña, pilotes o motivos vegetales. Por otro lado su interés por la cultura popular es verdadero y curioso, pero parece algo impregnado por una visión folclórica (en eso, muy diferente de Verger, por ejemplo).



Thomaz Farkas, Tejas, 1945

Thomaz Farkas (1924-2011) es indudablemente el más conocido de los cuatro. Llegó a Brasil de su Hungría natal a los seis años, es el más influenciado por la fotografía estadounidense, Weston, Steichen (a quien visitó en 1948) y otros.
también él fotografió mucho la construcción de Brasilia, emblema de la modernidad, pero poniendo más que Gautherot la dimensión humana. Sobre todo hizo un trabajo en donde desarrolló un lenguaje muy modernista en una gama más inspirada por las luces y las formas locales. Veamos por ejemplo las tejas que primero parecen sólo una composición geométrica, antes de que, de cerca, se puedan ver todas las asperezas de la materia subrayadas por el juego de la luz. Y Farkas es el que mejor sabe jugar con la luz tropical, con su viveza, su dureza, su verticalidad, tan diferentes de las difusas luces europeas.



Thomaz Faras, Aficionados en el estadio Pacaembu, Sao Paulo, 1942



Miremos también como Farkas fotografió los aficionados al futbol en un estadio de Sao Pablo : no es una foto documental o folclórica, no hay ni empatía ni emoción, como es de esperar en tales lugares; los hinchas son acéfalos para que sus caras no interfieran con la intensión del fotógrafo, no obstante, el alineamiento en el suelo, el friso de sombras suspendidas, delicadas, irreales, prácticamente incorpóreas de las que se desprende una seducción mágica. También me conmovió la gracia luminosa de las dos jovencitas, el juego del sol en sus cabellos como para compensar la frialdad arquitectónica de los escalones. Es quizás Farkas quien mejor rebasa la tensión entre modernidad y tradición, entre sentimiento europeo y localismo.



Thomaz Farkas, Escaleras de la galería Prestes Maia, Sao Paulo, 1946



Es en definitiva una exposición que no solamente muestra cuatro facetas de la modernidad fotográfica brasileña, sino que hace pensar en el concepto mismo.
Sin embargo : primero, la insípida linealidad de la presentación de las fotografías blanco y negro, todas del mismo formato, todas (salvo error) en revelado moderno. Nos hubieran gustado tanto los revelados de la época y también ejemplos de revistas, prospectos publicitarios (de Flieg), libros; para romper la monotonía. Luego algo de contextualización hubiera sido interesante : tanto un hilo histórico y político (que es verdad que se encuentra en el folleto de sala, pero debería ser más accesible) como una puesta en perspectiva dentro del contexto cultural de la época, y también (pero puede que yo no haya entendido bien), una exposición de los vínculos entre esas cuatro personas :
¿ se conocieron ?, ¿ se apreciaron ?, ¿ trabajaron juntas ?

Todas las fotos proceden del Instituto Moreira Salles. Leer esta excelente critica.



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