vendredi 25 septembre 2015

Acciones artísticas de todo género

22 de septiembre de 2015, por Lunettes Rouges

[busco a un/a voluntario/a para traducir mi blog al inglés : contactarme a través de lenot.marc@gmail.com. Gracias]




La Fundación Serralves en Oporto organizó dos días de acciones artísticas, fue un evento modesto si se compara, por ejemplo, con el Nuevo Festival de Pompidou o con Performa, pero la intensidad de esos dos días permitió ver una gran diversidad de enfoques y, por tanto, como naturalmente en esos casos, permitió que nos interrogáramos sobre la definición misma de la acción artística. Así, la simple lectura de un texto (del que, naturalmente no entiendo todo) hecha, más o menos a propósito, sin la mínima énfasis teatral y de manera monótona durante cerca de una hora, ¿ es una acción artística (Isabel Carvalho, Tartaruga) ?





Loreto Martinez Troncoso, Waiting




Al contrario, a pesar de entender todavía menos (pues era en gallego), el monólogo intenso, apasionado, vivo, gracias a la emoción perceptible de la artista, viuda rubia trágica que vaga por los estantes de la biblioteca con un cuchillo en la mano, generaba en el espectador, sin preocuparse por la comprensión, una intensidad emotiva, más cercana a la acción artística que teatral, y que atrae de forma sorprendente (Loreto Martinez Troncoso, A Espera).





Anastasia Ax & Lars Siltberg, EXILE




Hay acciones artísticas de las que soy solamente espectador, mirador pasivo, y otras en las que juego un papel, menor, pero sin embargo esencial para mí. Hay acciones intensas que necesitan la atención de cada instante, y otras que se alargan para alcanzar el agotamiento monótono. Como simple espectador me fascinaron dos acciones artísticas especialmente enérgicas, incluso violentas : la de Anastasia Ax (avec Lars Siltberg; Exilio), que destruye con el frenesí de una ménade aullando, una instalación de yeso en un vestíbulo del museo y lo riega con tinta negra, asombra y deja estupefacto (al día siguiente, cambio de ritmo, unos arqueólogos hacen un mapa de las ruinas).



New Noveta, Chvalia Abutak Amethyst




La otra acción que deja estupefacto fue la del duo New Noveta, con más ritual, en el que dos mujeres vestidas con pataloncitos muy cortos intentan realizar una mancha absurda, sisífica, construyen en el espacio una red, una malla, para luego desmantelarla con un desenfreno de energía primitiva burlesca impresionante (Chvalia Abutak Amethyst).





Vivo & Loreto Martinez Troncoso, Ao vivo




Más suave, más armoniosa, más meditativa, más poética fue la acción del duo arpista-masajista Vivo, con Loreto Martinez, en la que una joven frotaba con energía sensual el cuerpo recostado (que al principio creímos femenino pero que al final resultó ser un hombre de cabello largo), mientras que la otra tocaba el arpa (sus glissandi y sus pizzicati correspondían con los gestos de la masajista) y que la tercera cómplice acompañaba la acción con ruidos, sonidos, campanillas, risas y murmullos (Ao vivo).





Alex Cecchetti, Marie and William




Una de las acciones artísticas más sorprendentes fue la de Alex Cecchetti (Marie and William) quien traza espirales en la pared con moras machacadas, guía a la audiencia hacia una narración poética algo absurda hasta el momento en que creí detectar mas bien una reflexión sobre la narratividad, la manera como una historia, cualquiera, se construye, se desarrolla, se deshace, entre antes y después, entre pasado y futuro, entre real e irreal.






Maria Hassabi, Solo




El tipo de acción que menos toca mi sensibilidad es sin duda (aparte de Vexations, creo) aquella que juega con el agotamiento, con la duración, con la repetición incesante del mismo motivo, del mismo tema, que se puede tocar, probar, un momento, pero cuyo alargamiento desconcierta y cansa, ya sea que se trate de juegos de tambores (Kovacs & Doherty, Increments) o de apropiación corporal de una alfombra (Maria Hassabi, Solo).





Alex Cecchetti, Walking Backwards (2013, Paris)





Las veladas concluían con una acción participativa en las cuales el colectivo Musa Paradisiaca les ofrecía a los participantes pan (seco) y vino en un ritual a la vez sensual y religioso (Cantina-Maquina). Pero la acción que me dejó el más vivo recuerdo fue una caminata de espaldas, en una arboleda del parque de la Fundación (Walking Backwards), en la cual, dudando de mis piernas que se habían vuelto algo flojas a causa de la desestabilización de la caminata al revés acompañado con la voz ce Alex Cecchetti guiándome por la espalda, descubrí los arboles del parque, sus características, su belleza. La concentración necesaria, la soledad absoluta, la atmósfera poética engendrada así me encantaron. Poco a poco fuimos hablando de mitología y de historia, el laurel de Dafne, la belladona afrodisiaca, la melancolía de Blanche Daubin Cabral. Al final del recorrido, todavía de espaldas, mirando al cielo, escuché la dulce voz que me recordó la canopia que primero percibí desde mi cochecito de bebé y que veré de nuevo en mis últimos momentos, cuando, un óbolo entre los dientes, mi cuerpo recostado flote en la barca última; sentí subir el llanto.


Fotos del autor, excepto la última que viene de la página del artista.


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